miércoles, 25 de noviembre de 2015

tu y yo en la noche de la soledad

Ojos que ven cuando la noche calla, suaves besos mojados en el mundo del placer, espíritus encontrados en un camino incierto, deseo que se alimenta con los sueños de cada ser, deseo hundidos en la carne, en los besos en la caricia de una brisa que recorre su cuerpo una y otra vez, sabanas mojadas en el secreto de la noche, amor, amor, te amo, voz perdida en la mente, sutil belleza en el fondo de su ser, ojos propios que voltean al cielo implorando conocerle, acercarme tenerle,, pertenecerle,, mi dios dame una eternidad, dame el tiempo y piérdeme en su carne, en su recuerdo, en su belleza, piérdeme entre sus manos, entre sus piernas, entre esa piel suave, tersa, blanca, en su cabellera negra que despiadada viaja arrogante rosando su cuello, sus mejillas, jugueteando entre sus labios, cayendo en su pecho. Lasos por un mismo deseo, presencia de ella en mi, juntos en la noche, juntos en el mar, juntos en la pasión desenfrenada que los cuerpos piden y llaman el uno al otro, insomnio de muchas lunas en su nombre y con su imagen, mujer dormida, mujer distante, tan cerca que puedo sentir, tan lejos que nace el miedo de no estar, la incomprensión de escucharla decir un te amo, y sin embargo no estar presente, con sus letras y su frialdad de la distancia que interpone entre sus labios y los míos, y el calor de su corazón que me llama y me dice ven a mi, pero como llegar, como entrar en su vida, si nunca supe, no supe hablarle, no supe escucharla, no supe acercarme sin que me temblaran las piernas y sin que mi habla se distorsionara en el deseo de su presencia y el en como lograr convencerla, no supe como hacer que viniera a mi, no supe escuchar los celos que me provocaba, el dolor que la acompañaba al verme tan perdido en mi mente,   y no poder estar en mi naturaleza, no supe decirle que me acompañara que se adentrara en mi, que no escuchara lo falso sino lo verdadero, las emociones que el roce de su mano provoco, la electricidad que recorrió mi cuerpo aquella noche en el carro donde hubo un momento de soledad entre ella y yo, donde estos dos mundos se pararon por un momento y al roce de las pieles se desprendio la atracción predispuesta de dos cuerpos que saben están el uno para el otro, esas tardes de cch donde la voluntad buscaba encontrarla, donde desde lejos el corazón latio al mirarla, donde su voz callada y la soledad de no encontrar oídos se escuchaba, donde la mirada estaba prostada en la admiración de su entorno, donde muchos la miraban pero nadie se atrevia a seducirla, donde su majestuosidad se prostaba ante un mundo ciego, ido, perdido, donde nadie escucha el corazón y donde el silencio la atrajo a mi, en una reflexión del universo, y del mas alla, era la canción que sonaba en mi interior, donde el cigarro se acabo y esta mujer se presento, postrada frente a mi, a una distancia donde no permitia huir, donde no pude enfrentar semejante belleza y le di la vuelta por mis temores y demonios, y asi Jenny de nombre se penetro en mis pensamientos y poco a poco en mi corazón.