Mírame a los ojos y dime a donde vas, que hay en ese corazón
herido, cuantos golpes en la vida los puños han enganchado, tu cuerpo
cicatrizado muestra de batallas constantes, donde esta tu fe, fe que ilumina un
futuro de paz y armonía. Sigue mirando hacia hacia arriba, sigue gritando a
Dios que quiere paz en tu vida, existe y es real y tiene un corazón que late
lleno de amor, sus lagrimas han sido mi fuerza su sueño mi albedrío y voluntad;
tantas realidades distintas, tantas aventuras celestiales, ángeles arcángeles,
ciegos, mudos, cojos, muertos y demonios mi Dios a donde me llevas?, mi Dios
que esperas de mi, soy solo un pequeño pero también soy un guerrero, mi cuerpo
ha madurado pero mi niño sigue llorando, grita y tiene miedo.
El
viento sopla como cuando falta aliento, las aves suenan como diciendo te
escucho, los arboles parados tan firmes como su raíz lo permite ¿Amigos?
Amores? Seres totalmente desconocidos donde estarán sus ojos, donde su corazón;
será que siguen perdidos en ese infiero de la mente. La hoja es corta como
corta mi inspiración pero en estas letras sigue sonando la canción paz, amor,
libertad, servicio al señor. Todo acaba como todo ha iniciado espejos del alma
que camina y después vuela, tierras lejanas sincronía de un caminante un poeta
sin rimas lindas, un guerrero sin armadura brillante un soñador de tierras
inciertas, un silbido vacilante
Luis
Domingo Herrera—El Herrero
30/05/17