Se había dado el grito, un
septiembre a la memoria, las botellas de licor por la plaza se coleccionaban en
aquellos ojos que miran, que lo miran todo,
siempre un presente cambiante, evolucionando, la vida seguía, a la
rutina del dolor ajeno nadie nada sabría, un día más que recorría nuestras
vidas; en lo personal, un sentimiento de apatía, de desánimo mis ojos veían
seres que vivían para la vanidad, sin compromiso por la humanidad, por la
empatía, por lo espiritual, sería el único que buscaba la luz?, me rendí ante
lo espiritual, una vida eterna buscando el placer carnal, es donde mis ojos se
postraban, un resentimiento hacia la sociedad y la tierra reacciono, un grito
en sus centros colapsando la ciudad, a sabiendo que algunos no lo habrían de
contar, Morelos, Puebla, Chiapas, Oaxaca donde la tierra respira armonía y paz,
gente de pueblo de provincia gente hermosa que brilla en el vals universal, las
casas y edificios cayeron, miedo, llanto, grito pánico recorrían el lugar, hubo
gente que no pudo escapar, niños que por un breve tiempo en este plano tenían
que estar, están en un mejor lugar, me decía Alejandro a quien se le fueron sus
bebes, 1 y 4 años, mi padre solo nos lo
pudo prestar, el de Morelos a quien pude conocer de persona a persona y a quien
mire con fuerza en sus ojos, con dolor, cuando le faltaba el aliento para
hablar, fuerte y comprensivo como buen hombre como buen hijo de Jah. Familia,
amigos, adultos mujeres y niños empezaron a actuar, una ola de jóvenes que
alborotaban mi cuerpo emocional, amor en movimiento, unión, un mismo fin, un
mismo actuar, ayudar, brigadas nocturnas, donde descansaban al salir los rayos
de un nuevo día de sol, centros de acopio, donde las brigadas se movilizaban
para dar un apoyo, un arroz, un frijol, una pala, agua, todo lo que se pudiera
juntar con el fin de ayudar. Las tortas no faltaban ni la comida ni el pan,
tacos al pastor en el derrumbe de eje 5, gente reunida y movida aquí, allá. Los
topos como los perros de rescate en héroes se convertían, como cada gente que
se levantó y dio. Y el mundo se enteró y
empezó a llegar, de donde nace el sol, hasta donde se va a acostar, mis
emociones se convertían en volcán de pasión, un amor, el amor al hermano, y sin
saberlo a la madre pacha mama, a sus hijos, a Jehová, la tierra grito y el
pueblo despertó, una ola de amor y volvió la conexión, se abrieron mis ojos
cambio el enfoque y mi lucha reanude. Ángeles en el cielo nuevos guerrero de
ese reino, y estas letras no pueden terminar, sin poderles que confesar que la
tarde del domingo allá en Morelos las lágrimas casi caen, pero la verdad no me
gusta que vean llorar. Unidos en amor, el mundo podemos cambiar, si mantenemos
ese espíritu de unidad, no se necesitan gobiernos pues se ha visto su actúar,
el pueblo se unió y el gobierno se espantó, tan es así que en televisa minimizo
la ayuda, y por la tele nadas se veía, hicieron de esto su novela, para no
darle eco al poder de la unidad, fue un 19 de septiembre del 2017 donde se
quedara las imágenes en mi memoria, como las tres veces que mis dos puños se
levantaron, vida, hay vida y se puso en movimiento. Vida que existe en las
memorias, vida que existe en la voluntad, vida que se manifiesta en el actuar
los humanos los animales y siendo atrevido podría decir que se unieron en amor,
voluntad y acción. Y dentro de lo mucho, lo poco en mí, crearon un movimiento
que quedara para la perpetuidad, mi nombre es Luis Domingo Herrera, guerrero de
jah






